Carlos Lau, CEO de Kurios, discute el impacto de la inteligencia artificial en la educación y el mercado laboral. Destaca la importancia de aprender a formular preguntas precisas y la necesidad de combinar la tecnología con la orientación humana. En cuanto a las empresas, enfatiza la adaptación local y la personalización de soluciones, especialmente para Latinoamérica. Lau resalta la importancia del aprendizaje continuo para prosperar en un entorno tecnológico en constante cambio.
En una conversación reciente con Carlos Lau, CEO y Fundador de Kurios, se abordaron temas fascinantes sobre el futuro de la educación, la tecnología, y cómo la inteligencia artificial está impactando el mercado. En un mundo donde la rapidez de los cambios tecnológicos está desbordando las capacidades de adaptación de muchos, Lau ofrece una perspectiva valiosa sobre cómo las empresas y las personas deben adaptarse a esta nueva era.
Lau resalta un punto clave: la importancia de aprender a hacer las preguntas correctas. A medida que las herramientas de inteligencia artificial y otras tecnologías continúan evolucionando, el reto no será solo obtener respuestas, sino saber formular preguntas precisas. “Probablemente las personas que ya han pasado por ciertas situaciones o que tienen más experiencia serán las encargadas de guiar a los más jóvenes en cómo hacer esas preguntas. Eventualmente, esto se volverá algo natural para las generaciones futuras, pero llevará tiempo”, explica Lau.
En relación con la educación, comenta sobre cómo el proceso de aprendizaje se está transformando. Si bien la tecnología puede ser increíblemente útil, aún necesitamos una interacción humana que guíe a los estudiantes en su camino hacia el conocimiento. Esto no solo aplica a la relación maestro-alumno, sino también a cómo nos comunicamos con la tecnología. “Muchos creemos que sabemos comunicarnos, pero realmente no siempre sabemos hacerlo bien, ni entre nosotros como seres humanos. Si no logramos comunicarnos bien entre nosotros, ¿cómo esperamos hacerlo con la tecnología?”, reflexiona Lau.
La clave, según él, es la precisión en la comunicación. Las herramientas actuales de inteligencia artificial, como los chats, requieren que las instrucciones sean muy detalladas y específicas, algo que puede resultar desafiante para muchas personas. Sin embargo, si se dedica el tiempo necesario para formular una pregunta adecuada, los resultados pueden ser extremadamente potentes.
En cuanto al futuro de la tecnología y la educación, Lau visualiza un panorama donde la inteligencia artificial se divide en dos áreas principales: las grandes inteligencias artificiales generales (AGI), que abarcan múltiples dominios, y las aplicaciones verticales, más especializadas, que aprovechan estas tecnologías para casos de uso muy específicos. A medida que la educación y las habilidades necesarias para operar en un mundo digital evolucionan, Lau sugiere que las personas deberán aprender a hacer preguntas a estos sistemas grandes y generales, pero para una mayor especialización, se combinarán herramientas tecnológicas con el acompañamiento de mentores humanos.
Lo que predice para el upskilling y reskilling es un mundo en el que las empresas necesitarán desarrollar capacidades tecnológicas y digitales para alcanzar sus metas estratégicas. Sin embargo, esto no será posible sin preparar adecuadamente a los equipos, tanto en habilidades técnicas como en mentalidad. “Es fundamental que las personas estén constantemente aprendiendo, ya que las empresas y los individuos que no se adapten rápidamente a los cambios quedarán atrás”, afirma.

¿Y qué lugar ocupan las empresas latinoamericanas en este panorama?
Lau cree firmemente que las empresas en Latinoamérica tienen un espacio único para innovar, especialmente al aprovechar los casos de uso específicos de la región. Con grandes empresas tecnológicas invirtiendo billones de dólares, como OpenAI, Google o Amazon, Lau señala que la clave para las empresas locales está en entender profundamente los problemas particulares de su mercado. Un ejemplo que ofrece es el caso de la aplicación Taxi Bit, que, en lugar de seguir el modelo ciego de Uber, permitía a los conductores ver el destino del pasajero antes de aceptar el viaje, lo cual era fundamental en ciudades con altos índices de criminalidad. “Este caso de uso específico es algo que las grandes empresas, con todo su dinero, no podían resolver”, asegura.
De esta manera, Lau ve un gran potencial en la creación de aplicaciones verticales, que no solo aprovechan las grandes plataformas de inteligencia artificial, sino que están adaptadas a las realidades y necesidades de los mercados locales.
Al final, el mensaje de Lau es claro: la clave para el futuro está en la personalización, la adaptación local y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías de manera estratégica. Las empresas que logren comprender sus necesidades específicas y desarrollen soluciones innovadoras en torno a ellas podrán competir con los gigantes tecnológicos.
Para concluir, Lau hace un llamado a las empresas y a las personas a tener una mentalidad de aprendizaje continuo, ya que la única forma de sobrevivir y prosperar en un mundo que cambia rápidamente es adaptarse, aprender y crecer constantemente.