Enrique Quiroga, Investigador líder del Laboratorio de Energía de la BUAP, y fundador de la Red Mexicana de Almacenamiento de Energía, compartió valiosa información sobre el papel crucial del almacenamiento energético en la transición hacia un modelo más sostenible y eficiente en México. Durante la entrevista, Quiroga enfatizó los retos y oportunidades que enfrenta el sector, subrayando la importancia de la colaboración entre actores públicos y privados.
El almacenamiento de energía como pieza clave
El almacenamiento de energía está transformando la manera en que se gestiona la generación y el consumo eléctrico. Quiroga resaltó que el almacenamiento no solo permite equilibrar la oferta y la demanda, sino que también juega un papel esencial en la integración de energías renovables intermitentes, como la solar y la eólica.
“Sin soluciones de almacenamiento, la penetración de renovables enfrenta límites técnicos. Estas tecnologías aseguran una mayor estabilidad y resiliencia en el sistema eléctrico”, comentó.
Datos clave del sector
● Capacidad instalada en México: Actualmente, México cuenta con una capacidad instalada de almacenamiento energético de aproximadamente 200 MW, cifra que está por debajo del potencial necesario para cumplir con los objetivos climáticos nacionales.
● Proyecciones futuras: Según estudios de la Red, para 2030 se necesitará una capacidad de al menos 2,000 MW de almacenamiento para acompañar el crecimiento en energías renovables.
● Inversiones: El sector requiere inversiones significativas; se estima que alcanzar estas metas demandará una inversión de más de 3,000 millones de dólares en los próximos cinco años.
Retos y oportunidades
Quiroga destacó que, a pesar de las oportunidades, existen varios desafíos que deben superarse:
● Regulación insuficiente: Actualmente, la normativa mexicana no está completamente adaptada para fomentar el almacenamiento energético, lo que genera incertidumbre para los inversionistas.
● Altos costos iniciales: Las tecnologías de baterías, como las de iones de litio, siguen siendo costosas, aunque se espera una reducción progresiva en los próximos años, cuando se vayan adoptando cada vez más.
● Falta de conciencia: Existe un desconocimiento generalizado sobre los beneficios del almacenamiento energético, tanto en el sector público como privado.
Por otro lado, también existen oportunidades clave:
● Innovación tecnológica: Nuevas tecnologías, como las baterías de ión sodio y el almacenamiento térmico, podrían complementar las soluciones actuales.
● Integración regional: La colaboración con otros países de América Latina puede acelerar el desarrollo de infraestructura y conocimiento.

La Red Mexicana de Almacenamiento de Energía: un actor estratégico
Desde su fundación, la Red Mexicana de Almacenamiento de Energía ha trabajado para promover el diálogo y la investigación en el sector. A través de alianzas con universidades, empresas y organismos gubernamentales, la Red busca generar soluciones prácticas y sostenibles. Todo esto se puede vislumbrar en el congreso internacional que organiza cada dos años: el Energy Storage Discussions.
Uno de los logros recientes más destacados de la Red es el apoyo para el desarrollo de un informe que identifica las mejores prácticas internacionales en almacenamiento energético y cómo adaptarlas al contexto mexicano. Este informe ya está siendo utilizado como referencia en discusiones regulatorias y proyectos piloto.
El futuro del almacenamiento en México
“El almacenamiento energético no es solo una opción, es una necesidad para garantizar la seguridad energética y cumplir con los compromisos climáticos de México”, afirmó Quiroga. El investigador también señaló que, con la colaboración adecuada entre sector público y privado, el país podría convertirse en un referente regional en tecnologías de almacenamiento.
Conclusión
El almacenamiento de energía representa una de las soluciones más prometedoras para enfrentar los desafíos energéticos del siglo XXI. Con el trabajo de organizaciones como la Red Mexicana de Almacenamiento de Energía, México tiene la oportunidad de liderar esta transformación y construir un sistema eléctrico más limpio, eficiente y resiliente.