
En un contexto global marcado por la urgencia climática y la transición energética, México enfrenta una disyuntiva crítica: cómo equilibrar su dependencia histórica del gas natural con la necesidad imperante de descarbonizar su matriz energética. Durante un reciente panel organizado por Electriz, líderes del sector energético y empresarial debatieron sobre los desafíos regulatorios, las innovaciones tecnológicas y las oportunidades emergentes en un escenario marcado por nuevas leyes energéticas y una creciente presión por la sostenibilidad.
Un Nuevo Escenario Regulatorio: Entre la Incertidumbre y la Oportunidad
El 18 de marzo, en conmemoración del 87° aniversario de la expropiación petrolera, se espera la publicación de un paquete de leyes energéticas que redefinirán el sector. Entre ellas destacan la Ley del Sector Eléctrico (LSEE), que prioriza la generación distribuida, el autoconsumo y la cogeneración, y la creación de la Comisión Nacional de Energía, que sustituirá a la Comisión Reguladora de Energía.
Martín Toscano, Presidente de Evonik México, subrayó la importancia de garantizar un suministro estable de gas natural —70% importado de EE.UU.— para la industria química, donde este recurso no solo es energía, sino materia prima esencial. “Sin gas competitivo, operamos al 60-70% de nuestra capacidad instalada”, advirtió. Sin embargo, destacó que el diálogo con la nueva administración ha sido más fluido, abriendo puertas para modernizar infraestructura y reducir barreras regulatorias que frenan la inversión.
Generación Distribuida y Almacenamiento: Pilares de la Transición
Javier Lascurain, Director de Sustentabilidad en Enegence, enfatizó el potencial de la generación distribuida, especialmente solar, y la urgencia de integrar almacenamiento a gran escala. “México podría replicar la curva de adopción de California, pero requiere políticas que faciliten la participación privada”, señaló. Además, resaltó el biometano como alternativa emergente, aunque su desarrollo depende de marcos regulatorios claros y créditos de carbono robustos.
Gerardo Ferraez, Director de Ecopulse, abogó por las microredes inteligentes como solución integral. “No se trata de elegir una tecnología, sino de combinar cogeneración, renovables y almacenamiento para crear sistemas resilientes”, explicó. Criticó la falta de flexibilidad en proyectos menores a 20 MW y urgió a descentralizar la generación, inspirándose en modelos europeos donde pequeñas plantas solares y eólicas son comunes.
Gas Natural vs. Electrificación: Un Dilema Estratégico
México importa el 70% del gas que consume, una vulnerabilidad geopolítica y económica. Aunque las renovables avanzan, descarbonizar la energía térmica industrial —responsable del 40% de las emisiones globales— sigue siendo un reto. Lascurain señaló que, aunque la electrificación de procesos industriales es aún costosa, la eficiencia energética y los biocombustibles son alternativas viables. Toscano añadió que la industria química ya impulsa soluciones como membranas para purificar biogás, tecnología que Evonik exporta a Europa y Brasil.
El Consumidor como Juez: Sostenibilidad y Presión de Mercado
Los panelistas coincidieron en que el mercado —no solo la regulación— impulsará la transición. Toscano destacó la estrategia de push and pull: “Debemos educar a las cadenas de valor sobre el valor agregado de productos sostenibles, incluso si son más caros inicialmente”. Ferraez recalcó la responsabilidad de las empresas en comunicar su huella ambiental: “El ‘más barato’ es enemigo de la innovación; debemos crear conciencia sobre el costo real de la insostenibilidad”.
Conclusión: Hacia un Futuro Resiliente
México tiene recursos excepcionales: sol, viento, litio y biomasa. Aprovecharlos requiere una alianza entre sector público, privado y academia. Las nuevas leyes son un paso, pero falta claridad en incentivos para almacenamiento, flexibilidad en proyectos pequeños y apoyo a I+D. Como señaló Ferraez: “El talento mexicano existe; necesitamos ecosistemas que lo potencien”.
En un mundo donde la incertidumbre geopolítica y climática es la norma, México tiene la oportunidad de convertirse en un líder energético regional. La clave está en equilibrar pragmatismo (gas como puente) con ambición (renovables y tecnología), siempre con la mirada en un futuro descarbonizado. La mesa está servida; ahora, el reto es ejecutar con visión y audacia.