En el Neuron Automotive Forum 2025, líderes de Michelin, A3T, Volvo, Seeräuber Automotive y PRODENSA coincidieron en que la sostenibilidad es hoy el eje central de la industria automotriz. Se discutieron retos como el déficit energético en México, el alto consumo eléctrico de los vehículos, la necesidad de cadenas de suministro sostenibles y la urgencia de marcos regulatorios claros. Casos de éxito incluyeron economía circular en llantas y segunda vida de baterías. La conclusión fue contundente: invertir en sostenibilidad es invertir en competitividad y futuro.
En el marco del Neuron Automotive Forum, líderes del sector energético, manufacturero y automotriz se reunieron para analizar uno de los temas más críticos de la actualidad. El panel fue moderado de manera magistral por Luis Hernández, Sr. Managing Director en PRODENSA, y contó con la participación de Carla Salamanca, Region Sustainability Manager Mexico and Central America en Michelin; Ernesto Sánchez, CEO en Seeräuber Automotive; Donovan Nieto, Product Manager en Volvo; y Alejandro Escandón, CEO en A3T. Juntos analizaron la integración de la sostenibilidad como eje central de la competitividad y la innovación en la industria.
La sostenibilidad ya no es opcional; es el corazón de la estrategia
Carla Salamanca, de Michelin, lo dejó claro desde el inicio:
“No tenemos una estrategia y aparte un área de sostenibilidad; tenemos una estrategia sostenible. Si una parte de la ecuación —personas, planeta, rentabilidad— vale cero, el resultado es cero”.
Esta visión integradora define cómo las empresas líderes están repensando sus operaciones, no por obligación, sino por convicción estratégica.
Michelin, por ejemplo, ha logrado reducir entre 8% y 12% el consumo de combustible en flotas vehiculares gracias al diseño de llantas que disminuyen la resistencia al rodamiento. Esto no solo reduce emisiones, sino que se paga solo con los ahorros generados.
Energía limpia: el gran cuello de botella
Alejandro Escandón, de A3T, alertó sobre uno de los desafíos más urgentes:
“Llevamos seis años sin nuevas plantas de generación de energía en México. La demanda crece al doble o triple del PIB, y la oferta está estancada”.
Este déficit energético pone en riesgo la transición hacia vehículos eléctricos y limita la atracción de nuevas inversiones. Donovan Nieto, de Volvo, ilustró la magnitud del reto:
“Un autobús eléctrico consume en un día lo que una casa de cuatro personas en dos meses: alrededor de 300 kW”.
Aunque el gobierno federal ha anunciado planes agresivos para ampliar la capacidad energética, los tiempos de implementación son largos —hasta 4 años— y los equipos escasean a nivel global.
Colaboración intersectorial: la clave que falta
Ernesto Sánchez, CEO de Seeräuber Automotive, destacó cómo los criterios de sostenibilidad ya son determinantes en las cadenas de suministro:
“Los OEMs nos exigen energía renovable, materiales certificados y trazabilidad completa. Quien no se alinee, queda fuera”.
Alejandro Escandón añadió:
“No basta con producir autos eléctricos si la energía con que se cargan viene de combustibles fósiles. La coordinación entre sectores es esencial”.
La falta de marcos regulatorios claros y la incertidumbre jurídica frenan avances, pero también abren la puerta a soluciones innovadoras como la generación in situ (hasta 20 MW) para plantas manufactureras.
Economía circular: más allá del reciclaje
Carla Salamanca compartió un caso de éxito concreto:
“Junto con Bridgestone, Pirelli y Continental, estamos impulsando una legislación para gestionar las 38 millones de llantas que se desechan anualmente en México. Usamos blockchain para garantizar trazabilidad y evitar fraudes”.
Donovan Nieto complementó con el ejemplo de Volvo:
“Las baterías de nuestros camiones eléctricos tienen una segunda vida como bancos de energía para oficinas o hogares. Así extendemos su utilidad hasta 8 años más”.
El factor humano y la equidad de género
Donovan Nieto también resaltó un avance significativo en inclusión:
“En nuestra planta de Tultitlán tenemos el mayor porcentaje de mujeres en la industria de vehículos pesados. La sostenibilidad también es equidad”.
Conclusión: invertir en sostenibilidad es invertir en futuro
Luis Hernández, en su rol de moderador y representante de PRODENSA, sintetizó brillantemente las reflexiones clave del panel:
1. “La sostenibilidad debe integrarse en la estrategia de negocio desde el nivel más alto”.
2. “La colaboración intersectorial y a lo largo de la cadena de valor no es opcional, es esencial”.
3. “Innovar en energía, materiales y transporte abre nuevas oportunidades que van más allá del cumplimiento normativo; es una ventaja competitiva”.
En sus palabras finales, reiteró el compromiso de Prodensa para “seguir apoyando a la industria automotriz para operar, crecer y transformarse en México con una visión sostenible que combine competitividad y responsabilidad ambiental”.
Como cerró Alejandro Escandón:
“O nos modernizamos según lo que exigen las nuevas generaciones y los mercados globales, o nos quedamos fuera del juego”.
México tiene la oportunidad de liderar esta transición, pero requiere acción inmediata, marcos claros y una visión compartida entre todos los actores. El futuro de la industria automotriz —y del planeta— depende de ello.