En esta edición de Neuron Automotive Talks, Antonio Solares, Coordinador de Industrialización en Metalsa, comparte su visión sobre el alto rendimiento, el liderazgo y la transformación tecnológica en la industria automotriz. Destaca que la clave no es trabajar más, sino mantener disciplina, equilibrio y hábitos como leer, meditar y hacer ejercicio. Resalta la importancia de culturas organizacionales que promuevan bienestar y liderazgo transparente. Además, subraya que la tecnología debe responder a necesidades reales y que tendencias como Dark Factories e inteligencia artificial demandan procesos flexibles y resilientes.
En esta edición de Neuron Automotive Talks conversamos con Antonio Solares, Coordinador de Industrialización en Metalsa, compañía líder en soluciones estructurales para la industria automotriz a nivel global.
La charla giró en torno a tres ejes fundamentales: los hábitos personales que sostienen el alto rendimiento, la visión de liderazgo necesaria en tiempos de transformación y el papel estratégico de la tecnología en el futuro de la manufactura automotriz.
Hábitos y alto rendimiento en la industria automotriz
Antonio compartió que, en muchas ocasiones, se confunde el alto rendimiento con trabajar jornadas interminables. Para él, la clave está en mantener un balance entre lo personal y lo profesional. Leer, meditar, hacer ejercicio y cumplir con sus responsabilidades laborales son cuatro hábitos que le permiten cerrar el día con tranquilidad.
“No se trata de trabajar más, sino de trabajar mejor y con enfoque”, afirmó. En su visión, el verdadero rendimiento está en la disciplina, en la mejora continua y en la curiosidad por aprender nuevas herramientas, así como en el diálogo intergeneracional que permite a los equipos integrar experiencia y frescura tecnológica.
Liderazgo y cultura organizacional
El entrevistado resaltó que la comunicación y la transparencia son esenciales para liderar en un sector dinámico y exigente. Un liderazgo efectivo —señala— implica escuchar, transmitir con claridad la realidad de cada situación y plantear planes de acción realistas tanto para los equipos internos como para los clientes.
De igual forma, destacó la importancia de establecer límites claros entre la vida laboral y personal, impulsando culturas organizacionales que prevengan el desgaste y promuevan el bienestar como condición indispensable para el alto desempeño.
Tecnología, flexibilidad y el rol humano
La transformación digital es ya una realidad en Metalsa, con la incorporación de herramientas de Industria 4.0, automatización y análisis de datos. Sin embargo, Antonio enfatizó que la tecnología debe responder siempre a una necesidad real, no a una tendencia pasajera.
“Los procesos deben funcionar correctamente de manera manual antes de automatizarse”, señaló, remarcando que el éxito tecnológico depende de la gestión del cambio. En última instancia, subrayó, son las personas quienes construyen la cultura y determinan el impacto de la tecnología.
Tendencias: Dark Factories, inteligencia artificial y flexibilidad
La conversación también abordó tendencias globales como las Dark Factories, la acelerada evolución de la robótica y la aplicación de inteligencia artificial para optimizar la manufactura.
Para Metalsa, el gran desafío es lograr procesos flexibles que permitan responder a la transición hacia vehículos eléctricos e híbridos, a un mercado limitado en volúmenes y a una competencia cada vez más intensa.
Filosofía personal: “todo pasa”
En el plano personal, Antonio compartió una filosofía que lo acompaña en los momentos más exigentes: “Todo pasa”.
Más que una frase, es una forma de interpretar los ciclos profesionales y personales. En los retos, recordar que “todo pasa” ofrece serenidad y perspectiva; en los logros, invita a valorar y disfrutar cada momento. Para Antonio, mantener esa visión es lo que permite avanzar con equilibrio y resiliencia en un entorno que exige tanto a las personas como a las organizaciones.
Esta edición de Neuron Automotive Talks reafirma que el futuro de la industria automotriz no solo depende de la innovación tecnológica, sino del liderazgo capaz de integrar disciplina, equilibrio y visión estratégica. En un mercado en constante evolución, la combinación de hábitos sólidos, culturas organizacionales sanas y procesos flexibles será lo que distinga a las empresas que trasciendan en la próxima década.