¿Productividad o espionaje corporativo? La era del empleado monitoreado ha comenzado

Teramind llega a México con una propuesta que divide opiniones: monitorear la productividad y seguridad desde dentro de las organizaciones. Su Country Manager, Óscar Lorenzana, explica cómo la empresa busca proteger datos y detectar fraudes internos mediante inteligencia artificial. Aunque promete eficiencia y prevención de pérdidas millonarias, enfrenta el dilema ético entre confianza y control. Lorenzana destaca que la clave está en el liderazgo y en usar la tecnología para impulsar la productividad sin perder el enfoque humano. El futuro: expansión y un debate moral abierto.

En un mundo donde la productividad y la seguridad de datos se han vuelto moneda de cambio, Teramind entra al mercado mexicano con una propuesta tan atractiva como polémica: monitorear a los empleados desde adentro. Óscar Lorenzana, Country Manager de la compañía, lo tiene claro: el verdadero enemigo no siempre está fuera, sino dentro de las organizaciones.

Del Tech de Monterrey al frente de la ciberseguridad interna

Lorenzana construyó su carrera en gigantes como Dell y Kingston antes de aterrizar en Teramind. Hoy, su misión es clara: crear un ecosistema sólido de partners, expandir la marca y darle visibilidad a un modelo de seguridad que pone al usuario en el centro… para bien o para mal.

La diferencia Teramind: mirar hacia adentro

Mientras la mayoría de las empresas invierte en firewalls y defensa contra hackers externos, Teramind apuesta por detectar al “enemigo interno”:

  • Ejecutivos que venden credenciales corporativas.
  • Empleados que filtran datos por desconocimiento.
  • Fraudes en áreas de finanzas y contabilidad.

La propuesta es simple: dar visibilidad total sobre lo que ocurre dentro de la empresa. El dilema, sin embargo, es evidente: ¿seguridad o vigilancia?

La delgada línea entre confianza y control

Uno de los retos más grandes, reconoce Lorenzana, es la reacción del empleado al enterarse de que está siendo monitoreado. “No es te estoy viendo 24/7, sino que te protejo a ti y a los datos”, afirma. Pero la conversación no es sencilla. En entornos híbridos, donde la confianza debería ser la norma, Teramind detecta hasta un 90% de falsificación de productividad: desde el clásico mouse que se mueve solo hasta el pajarito de Los Simpsons que mantiene una tecla presionada.

Productividad gamificada: ¿premio o presión?

Lejos de ser solo un “gran hermano corporativo”, Teramind ofrece a los empleados acceso parcial a sus propios datos de productividad. El resultado: competencias internas por quién “produce más”. Lo que algunos ven como reconocimiento, otros lo interpretan como una nueva forma de presión laboral.

Inteligencia artificial como juez de la productividad

La compañía ya integra IA no solo para detectar anomalías como falsificación de actividad, sino para generar reportes inmediatos que antes requerían horas de análisis. La promesa es clara: simplificar el uso de las herramientas, porque de nada sirve la tecnología si nadie sabe aplicarla.

ROI: la ecuación que lo justifica todo

Para Lorenzana, el retorno de inversión de Teramind se mide en dos frentes:

  1. Seguridad: prevenir la pérdida de datos que puede costar millones.
  2. Productividad: detectar ineficiencias, ajustar herramientas y mejorar costos.

En papel, el argumento es irrefutable. En la práctica, aún muchos directivos en México ven con escepticismo hasta dónde debe llegar el monitoreo.

El reto de liderar en tiempos de desconfianza

Más allá de la tecnología, Lorenzana sabe que el verdadero reto está en el liderazgo. No solo lidera a su equipo interno, sino también a un ecosistema de partners que deben ver en Teramind una herramienta rentable. Su mantra: “si no vienes a trabajar con pasión y diversión, algo está mal en el liderazgo”.

El futuro: expansión y un dilema ético pendiente

En cinco años, Lorenzana proyecta a Teramind trabajando con corporativos de mayor peso, unicornios mexicanos y una red de partners más robusta. Sin embargo, la gran pregunta queda abierta: ¿será recordada como la empresa que protegió a las organizaciones desde adentro o como la que institucionalizó la desconfianza digital?

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