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El nuevo balance laboral: el trabajo flexible gana terreno en México

A más de cinco años de que la pandemia transformó el mundo laboral, México está viviendo una etapa de redefinición. Lejos de consolidarse un modelo único, las empresas exploran nuevas fórmulas de productividad, bienestar y cultura organizacional. En este panorama, el trabajo flexible—particularmente el esquema híbrido—ha cobrado mayor protagonismo como una solución estratégica tanto para empleadores como para colaboradores.
Según el Estudio Panorama Laboral de Pluxee 2025, el trabajo híbrido creció un 7.3% respecto a 2023, representando ya el 20% de los esquemas laborales en México. Este crecimiento, que contrasta con la reducción del modelo 100% remoto (que cayó del 12.4% al 9%), revela que los líderes empresariales están en plena fase de recalibración: buscan capitalizar lo mejor del trabajo presencial sin renunciar a las ventajas que dejó el teletrabajo.
Presencialidad dominante, pero en evolución
El dato más contundente es que el 71% de las empresas opera actualmente bajo esquemas presenciales. Si bien este modelo sigue siendo el dominante, las cifras también reflejan un dinamismo estratégico: más que una “vuelta” al pasado, lo que vemos es una adaptación inteligente de la presencialidad a las nuevas exigencias del talento y del mercado.
Pluxee destaca que esta tendencia responde a la necesidad de fortalecer la colaboración, la cultura corporativa y el acceso a recursos físicos, elementos que muchos colaboradores aún valoran. De hecho, 32% de los trabajadores reconoce que asistir al centro de trabajo les da acceso a herramientas necesarias, mientras que un 27% destaca la importancia de mantener un buen ambiente laboral, y un 23% subraya el valor de la socialización directa.
El auge del híbrido: una estrategia de valor dual
El trabajo híbrido se está consolidando como una estrategia de valor dual: combina los beneficios del contacto humano y el entorno organizacional, con la flexibilidad que mejora el bienestar y la productividad individual.
Los datos de Pluxee lo respaldan:
- El porcentaje de personas que asiste a la oficina 4 días a la semana creció de 3.6% a 8.8%.
- Los que acuden entre 2 y 3 días aumentaron de 4.8% a 7.9%.
Al mismo tiempo, los trabajadores perciben el trabajo remoto como un factor crítico de calidad de vida: el 39% destaca la flexibilidad de tiempo, el 34% el balance vida-trabajo, y el 28% afirma que su productividad ha mejorado gracias a estas condiciones.
En otras palabras: la flexibilidad ya no es un lujo, sino un habilitador de desempeño.
Tendencias regionales: México, líder en presencialidad
Un aspecto interesante es que México sigue siendo uno de los países con mayor presencialidad laboral en América Latina. De acuerdo con Ipsos, el 66% de los colaboradores mexicanos acude cinco días a la semana al trabajo, una cifra muy por encima de naciones como Brasil, Argentina o Chile.
Esto plantea un dilema para los líderes: ¿cómo equilibrar una cultura organizacional históricamente centrada en la oficina con las nuevas demandas de flexibilidad?

Para el liderazgo: adaptarse o perder competitividad
Hoy más que nunca, el esquema laboral es una decisión estratégica. Las empresas que insistan en modelos rígidos corren el riesgo de quedar rezagadas frente a aquellas que ya entienden que el trabajo flexible es una herramienta para atraer, retener y potenciar al mejor talento.
El reto para líderes y directores no es elegir entre presencialidad o remoto, sino diseñar esquemas que permitan una experiencia laboral integral, personalizada y alineada con objetivos de negocio. La tecnología, la inteligencia de datos y las soluciones de beneficios inteligentes —como las que ofrece Pluxee— serán esenciales para lograrlo.
El mensaje final
El debate no es si el trabajo remoto desaparece o si la presencialidad “regresa”. La verdadera discusión está en cómo construir modelos híbridos sostenibles que combinen bienestar, cultura y resultados.
En palabras de Manuela Arango, directora de Marketing de Pluxee México:
“El trabajo presencial fortalece la cultura organizacional y fomenta una colaboración más fluida y directa, mientras que el home office brinda flexibilidad y contribuye significativamente al bienestar de los colaboradores. Ambos esquemas ofrecen ventajas valiosas para impulsar la productividad y responder tanto a las necesidades individuales como a los objetivos empresariales”.
En un entorno donde el talento es más exigente, las tecnologías evolucionan constantemente y la presión por resultados se mantiene alta, el trabajo flexible no es una moda: es el nuevo lenguaje del liderazgo.
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