Imagina que entras al pasillo de una empresa top de tecnología y te susurran: “En Nvidia, ¡el 80 % de los empleados ya son millonarios!”. Suena como si hubieran ganado la lotería, ¿verdad? Pero no, no es ficción: es pura acción bursátil con script corporativo.

Cómo un programa interno creó millonarios

El otro lado del espejo: México y LATAM

Mientras tanto, en nuestra región, la historia es muy distinta:

Si en Nvidia ser millonario es casi la norma, en LATAM llegar a fin de mes sin endeudarse ya se siente como una victoria.

¿Y si la riqueza no fuera privilegio de unos pocos?

Lo que pasa en Nvidia es un espejo incómodo. Por un lado, demuestra que cuando los trabajadores tienen acceso real a los frutos del éxito empresarial, la riqueza puede multiplicarse de forma colectiva. El mérito no está solo en que la empresa valga billones, sino en que quienes la hacen funcionar cada día también participan de ese crecimiento.

En contraste, en México y Latinoamérica seguimos atrapados en un modelo económico donde los beneficios rara vez llegan a los empleados. Aunque el salario mínimo suba cada año, la brecha sigue intacta porque los esquemas de creación de riqueza están reservados para una élite empresarial o financiera.

La pregunta es inevitable:

Quizás Nvidia no sea un modelo replicable al 100 %, pero sí nos deja una lección: no hay nada más transformador que reconocer que el talento humano es, en realidad, la inversión más rentable.

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