Parece que en agosto la máquina de hacer empleos en Estados Unidos se le atravesó el hueso y empezó a toser. Solo generó 54,000 puestos nuevos en el sector privado, según el reporte de ADP. ¡Eso es casi la mitad de lo que sacó en julio, que ya era poquito! Para que te des una idea, los expertos esperaban algo mucho mejor, y el resultado les dio un buen chasco.

Y por si fuera poco, resulta que por primera vez desde la pandemia, hay más gente desempleada que puestos de trabajo vacantes. ¡Sí, como lo oyes! La cosa se está poniendo fea. Además, la cantidad de personas que pidieron ayuda por desempleo la semana pasada subió inesperadamente a 237,000, que fueron como 8,000 más que la semana anterior.

¿Y por qué está pasando esto?

Bueno, aquí es donde se echan la pelota. Elizabeth Warren, que es una senadora demócrata bien conocida, no se mordió la lengua. Salió derechito a decir que este “desastre” de reporte es culpa de las políticas de Trump. Según ella, sus aranceles (que son como impuestos a productos de otros países) son un desorden y están asustando a las empresas, que ya no quieren contratar. También dice que sus reglas más duras con la inmigración están reduciendo la cantidad de gente disponible para trabajar.

Pero, ¡espera! No todo es pesimismo. Del otro lado, Kevin Hassett, un asesor económico muy importante de la Casa Blanca, salió a defender la jugada. Él dijo que el reporte fue “un poquito decepcionante”, pero no para echar las campanas al vuelo. Le puso emoción a que los salarios están subiendo (un 3.7% en el último año), o sea, que la gente que sí tiene trabajo está ganando un poco más. Él incluso cree que el número de empleos de agosto se va a revisar y va a quedar mejor el mes que entra. Y sobre los famosos aranceles de Trump, él dice que la economía está “preparada” para ellos y que muchas empresas se están apurando para construir fábricas en EE.UU.

Hasta la Reserva Federal (el banco central de EE.UU.) metió su cuchara. En su informe “Libro Beige”, contaron que muchas empresas les han dicho que tienen miedo de contratar por la incertidumbre y porque la demanda no está tan fuerte.

El contexto que nadie te dice 

El factor secreto que muchos no están viendo, es el efecto acumulado de las guerras comerciales. No es solo sobre Trump y China. Es una reconfiguración global de las cadenas de suministro. Las empresas no solo temen los aranceles de hoy; temen qué país será el próximo en la lista mañana. Esta incertidumbre frena las inversiones a largo plazo, que son las que de verdad crean empleos masivos y estables. No es solo un tema político de demócratas vs. republicanos; es que el mapa económico mundial se está redibujando en vivo, y los negocios están esperando a ver dónde cae el siguiente trazo para mover ficha. Eso crea una pausa, y esta pausa es la que se refleja en números de contratación más débiles.

En resumen: El chisme del momento es que el mercado laboral gringo se está desacelerando y todos se están señalando entre sí. Los demócratas culpan a Trump, los de Trump le bajan al drama y destacan lo positivo, y en el fondo, hay una incertidumbre global que tiene a todos con el freno de mano puesto. Veremos si el próximo mes la cosa mejora o si el chisme se pone más jugoso.

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