La minería en México es clave para la transición energética global, al suministrar minerales críticos como litio, cobre y níquel. Cristina Rodríguez, presidenta de Women in Mining Oaxaca, destaca que esta industria debe alinearse con prácticas sostenibles, priorizando el desarrollo social y ambiental. Oaxaca tiene un gran potencial económico en minería, aunque enfrenta desafíos regulatorios y de inversión. Además, la industria avanza hacia mayor equidad de género, sostenibilidad y uso de tecnologías limpias, posicionándose como un pilar para el desarrollo nacional y la lucha contra el cambio climático.
La relevancia de la minería en la transición energética
La minería en México, más allá de ser una industria fundamental para la economía, se posiciona como un eje clave en la transición energética global. Cristina Rodríguez, presidenta del capítulo Oaxaca de Women in Mining (WIM), expone los retos, oportunidades y responsabilidades que enfrenta este sector en un contexto económico y ambiental en constante evolución.
Cristina señala que la transición energética hacia fuentes de energía más limpias depende en gran medida de minerales estratégicos. Metales como el litio, el grafito y el níquel verán un aumento de demanda de entre 600% y 1,000% para 2050, mientras que el cobre incrementará su demanda en un 50%. México, como productor de al menos diez de estos minerales críticos, tiene una gran responsabilidad en la provisión de recursos que apoyen la lucha contra el cambio climático.
Sin embargo, esta responsabilidad no solo implica extracción. Rodríguez enfatiza que la actividad minera debe alinearse con objetivos de desarrollo sostenible, priorizando la protección ambiental y los derechos humanos. Esto es particularmente relevante en un país como México, que en los últimos años ha visto disminuir su producción de minerales debido a la falta de concesiones gubernamentales y a una creciente carga impositiva que afecta la competitividad global del sector.
El caso Oaxaca: potencial y retos
Oaxaca, con una economía que representa apenas el 1.7% del PIB nacional y ocupa el penúltimo lugar en progreso social, encuentra en la minería una oportunidad para impulsar su desarrollo. En este estado, la minería genera empleos formales con salarios competitivos, que superan en un 33% la media nacional, en una región donde el 60% de la población vive en pobreza laboral.
Aunque la minería oaxaqueña se ha enfocado históricamente en la producción de plata y oro, esta actividad enfrenta retos importantes. La producción minera, que alcanzó su auge con una derrama económica de 8,500 millones de pesos en 2019-2020, ha disminuido debido a la falta de facilidades para la ampliación de operaciones. Este declive afecta no solo a la economía local, sino también a la capacidad de México de mantenerse competitivo a nivel global.
Minería y sustentabilidad: un compromiso con el futuro
Cristina destaca que la minería moderna está cada vez más comprometida con prácticas sostenibles y metas de descarbonización. Empresas como Torex Gold en Guerrero están implementando tecnologías como vehículos eléctricos e incluso explorando opciones de hidrógeno verde. Además, otras compañías han integrado energías limpias mediante celdas solares y la compra de electricidad proveniente de fuentes renovables.
En cuanto al manejo de recursos, las iniciativas de economía circular también están transformando el uso del agua y otros insumos. Estos esfuerzos son esenciales para minimizar el impacto ambiental de las operaciones mineras y promover un desarrollo más equilibrado en las comunidades.
ESG: un enfoque integral en minería
La implementación de principios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) es otro pilar fundamental. En comunidades mineras, este enfoque incluye inversión en infraestructura, educación, salud y actividades productivas que trascienden la vida útil de las minas. Ejemplos como el cierre responsable de Minas San Javier en San Luis Potosí muestran cómo la minería puede generar oportunidades económicas sostenibles incluso después de concluir sus operaciones.
El futuro de la minería en México: colaboración y visión estratégica
Para Cristina Rodríguez, el camino hacia un sector minero más competitivo y responsable pasa por la colaboración entre empresas, gobiernos y comunidades. “Es fundamental que México asuma su rol en las estrategias globales, aprovechando su potencial para generar beneficios económicos, sociales y ambientales”, afirma.
La minería no solo tiene el potencial de ser un motor de desarrollo para estados como Oaxaca, sino también de posicionar a México como líder en la provisión de recursos clave para la transición energética global. Pero para lograrlo, es imprescindible un marco que fomente la inversión, la innovación tecnológica y la responsabilidad social.
Minería: Estrategia para el Futuro
Este editorial pone de manifiesto que, en un mundo en transformación, la minería no es solo una industria del pasado, sino una clave estratégica para el futuro.
La industria minera en México enfrenta retos y oportunidades críticas en el siglo XXI. La presidenta de Women in Mining (WIM) en Oaxaca, Cristina Rodríguez, destaca en una reciente entrevista la importancia de transformar la minería en una actividad no solo económicamente viable, sino también ambiental y socialmente responsable. Este sector, considerado por muchos como tradicionalmente masculino y extractivo, está evolucionando hacia un modelo más inclusivo y sustentable.
Tecnologías Limpias: Un Compromiso con el Medio Ambiente
Uno de los principales desafíos para la minería mexicana es el manejo del agua y los residuos en regiones desérticas o semidesérticas, donde se realizan la mayoría de las operaciones. La reutilización del agua en circuitos cerrados, como el de Minera Cuzscatlán, que logra recuperar hasta el 91% del agua utilizada, es un ejemplo de las prácticas eficientes en la industria. Además, la transición hacia jales secos permite recuperar hasta un 80% del agua contenida en los residuos mineros, minimizando el impacto ambiental y optimizando recursos.
La reforestación es otra área de impacto. En 2023, las empresas mineras produjeron casi 7 millones de árboles, lo que permitió reforestar más de 14,000 hectáreas en los últimos cinco años. Estos esfuerzos no solo benefician al medio ambiente, sino que también fortalecen la colaboración con las comunidades locales.

Equidad de Género: Abriendo Caminos en una Industria Tradicional
El papel de las mujeres en la minería mexicana ha crecido significativamente, representando el 17.9% de la fuerza laboral del sector, un aumento del 80% en los últimos 16 años. Cristina Rodríguez resalta que las mujeres en minería ganan, en promedio, un 69% más que el sueldo promedio femenino en México, lo que contribuye a mejorar las condiciones de vida de sus familias y comunidades.
El distintivo “Sello WIM”, promovido por Women in Mining México, busca certificar prácticas de equidad e inclusión en las empresas mineras, desde la adecuación de uniformes y baños segregados hasta códigos de conducta que garantizan un ambiente laboral seguro. Este tipo de iniciativas son cruciales para desmitificar el trabajo en minería y atraer a más mujeres a una industria que ofrece oportunidades más allá de la labor en campo.
Desafíos Regulatorios y Sustentabilidad a Largo Plazo
El marco regulatorio actual es otro aspecto que requiere atención. Cristina Rodríguez señala que las modificaciones a la Ley Minera necesitan ajustes para garantizar la competitividad y certidumbre jurídica, esenciales en una industria caracterizada por inversiones a largo plazo. La transición hacia energías limpias también es prioritaria: actualmente, el 25% de la energía utilizada en la minería proviene de fuentes renovables, con una meta del 46% para 2030.
La Minería como Pilar del Desarrollo Nacional
La minería no solo suministra los materiales necesarios para la transición energética, sino que también genera oportunidades de desarrollo en comunidades remotas. La optimización de procesos y la reducción del impacto ambiental son fundamentales para consolidar a la minería mexicana como líder global en sostenibilidad y equidad.
Es momento de reconocer el potencial transformador de esta industria, apoyando iniciativas que promuevan el desarrollo responsable y la inclusión de las mujeres, quienes aportan nuevas perspectivas y habilidades para enfrentar los retos del futuro. La minería, lejos de ser un rezago del pasado, puede ser un motor de cambio para un México más sustentable e inclusivo.