En la transición energética de México, Octavio Barreiro, de Bayer, aboga por un modelo descentralizado que permita a hogares y PYMEs participar en el mercado eléctrico. Este enfoque no solo reduce la dependencia de grandes generadores, sino que promueve el uso de energías renovables y tecnologías limpias, con beneficios ambientales y ahorros energéticos. Para lograr esto, México necesita adoptar tecnologías innovadoras, un marco regulatorio sólido y asegurar que el desarrollo sea inclusivo y accesible.
Transformación Energética en México: De Grandes Generadores a Millones de Hogares Participando en el Mercado Eléctrico
En un contexto global cada vez más enfocado en la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente, la industria energética está viviendo una transformación fundamental. Octavio Barreiro, Head of Environmental Protection LATAM en Bayer, plantea una visión clara sobre cómo México puede liderar esta transición hacia un futuro energético más inclusivo, eficiente y centrado en las personas.
De Grandes Generadores a Pequeños Participantes
Uno de los principales retos que enfrenta México es pasar de un modelo energético centralizado, con unos pocos generadores de gran escala, a uno donde millones de hogares y pequeñas y medianas empresas (PYMEs) participen activamente en el mercado eléctrico mayorista. Esta democratización de la energía no solo reduce la dependencia de grandes generadores, sino que también fomenta una mayor resiliencia y eficiencia energética a lo largo del país.
Beneficios Ambientales y Ahorros Energéticos
La transición hacia un modelo energético descentralizado no es solo una cuestión de eficiencia económica. Para Barreiro, este cambio tiene un profundo impacto ambiental. Al incorporar más pequeñas y medianas empresas y hogares al mercado, se fomenta el uso de fuentes de energía renovables y tecnologías más limpias. Esto contribuye a la reducción de emisiones de carbono y promueve un desarrollo sostenible que beneficiará tanto a las generaciones actuales como a las futuras.
Además, este nuevo modelo conlleva importantes ahorros energéticos. Al descentralizar la generación y promover el uso de tecnologías más eficientes, como la energía solar y el almacenamiento de energía, las empresas y los hogares pueden gestionar mejor su consumo eléctrico y reducir sus costos, beneficiando directamente a la economía familiar y empresarial.
Un Futuro Energético Centrado en las Personas
Barreiro subraya que cualquier plan de desarrollo energético debe estar centrado en las personas. Es decir, no basta con tener una red eficiente y sustentable; también es fundamental que sea inclusiva. Para él, es vital que este modelo de desarrollo sea accesible para todos los mexicanos, asegurando que los beneficios de la transición energética lleguen a todos los rincones del país, especialmente a aquellos más vulnerables o marginados.
El Rol de la Tecnología en la Transición Energética
La clave para lograr esta visión pasa por la incorporación de nuevas tecnologías. La energía solar, el almacenamiento de energía y el hidrógeno verde son solo algunas de las soluciones que están revolucionando el panorama energético mundial. México tiene el potencial de liderar en estas áreas, pero para hacerlo, es fundamental que el país adopte y desarrolle estas tecnologías de manera eficaz y accesible.
Barreiro también destaca la importancia de contar con un regulador que evolucione a la par del mercado. Es crucial que se establezcan reglas claras y estables que den certeza y seguridad a los inversionistas. Solo con un marco regulatorio sólido, que se adapte a los cambios tecnológicos y las demandas del mercado, México podrá atraer las inversiones necesarias para seguir avanzando en su transición energética.
Conclusión
La visión de Octavio Barreiro es ambiciosa, pero realista. Al pasar de unos pocos generadores de gran escala a millones de hogares y PYMEs participando activamente en el mercado eléctrico mayorista, México tiene la oportunidad de construir un futuro energético más eficiente, sostenible e inclusivo. Pero para lograrlo, es necesario un compromiso firme con la innovación tecnológica, el desarrollo regulatorio y, sobre todo, con las personas.
Este es el camino hacia un futuro donde la energía no solo sea un recurso, sino una herramienta para mejorar la calidad de vida de todos los mexicanos, promoviendo un desarrollo económico y ambientalmente sostenible.