Enrique Rojo, Director de Energía en KPMG México, resaltó los desafíos energéticos de México, como la dependencia de importaciones y la necesidad de modernización. A pesar del avance en energías renovables, el país enfrenta dificultades en infraestructura para alcanzar la autosuficiencia energética. Rojo subraya la importancia de la colaboración público-privada y la inversión estratégica en tecnología para mejorar la distribución energética, asegurando un crecimiento sostenible para el futuro del sector energético mexicano.
En una reciente entrevista con Enrique Rojo, Director de Energía y Recursos Naturales en KPMG México y profesor del Tec de Monterrey, se discutieron los desafíos y oportunidades que enfrenta el sector energético mexicano en su búsqueda de sostenibilidad y eficiencia. Con más de 30 años de experiencia en consultoría, los últimos 20 dedicados al sector energético, Rojo compartió su visión sobre el panorama actual y las estrategias necesarias para que México alcance su potencial energético. La conversación ofrece lecciones clave para los líderes empresariales que buscan contribuir al crecimiento sostenible del país.
El panorama energético mexicano: Entre el petróleo, el gas y las energías renovables
Uno de los temas principales abordados por Rojo es la creciente demanda energética del país. México ha pasado de ser un exportador de crudo a un país dependiente de la importación de combustibles, importando el 60% de lo que consume. Aunque la producción de petróleo se ha estabilizado, aún existen grandes desafíos en términos de autosuficiencia energética. La modernización de las refinerías, como el proyecto de Dos Bocas, es crucial, pero Rojo advierte que aún falta mucho para alcanzar la independencia en este sector.
En cuanto a la electricidad, México experimenta un crecimiento sostenido en la demanda, lo que requerirá una inversión significativa en infraestructura. Se espera que para 2038 el consumo eléctrico alcance los 500,000 gigawatts por hora, lo que implica una necesidad urgente de garantizar el acceso a energía asequible, abundante y sostenible.
El papel de las energías limpias y renovables
Rojo hace una importante distinción entre energías limpias y renovables. Las energías renovables, como la solar y la eólica, provienen de fuentes inagotables, mientras que las energías limpias, como el gas natural, son menos contaminantes pero provienen de combustibles fósiles. Aunque México ha avanzado en la adopción de energías renovables, Rojo reconoce que no se cumplirán los compromisos internacionales a corto plazo. México prometió generar el 35% de su energía de fuentes limpias para 2024, pero se estima que solo alcanzará un 29%.

No obstante, el país tiene un enorme potencial en fuentes renovables, con la energía eólica en Oaxaca y la fotovoltaica en el norte, principalmente en Sonora y Baja California. El gas natural también juega un papel clave como “combustible de transición”, aunque México depende en gran medida de las importaciones de Estados Unidos, lo que presenta un desafío a largo plazo.
Desafíos en infraestructura y tecnología
Para Rojo, uno de los mayores obstáculos es la falta de infraestructura y tecnología adecuada para almacenar y distribuir energías limpias. El país necesita una red de almacenamiento estratégico y baterías robustas para manejar la energía generada por fuentes renovables. Además, la red de transporte de gas natural de 20,000 kilómetros aún no es suficiente para satisfacer la demanda en regiones clave como la península de Yucatán y Baja California.
El camino hacia la autosuficiencia energética
Rojo es claro al señalar que México no está liderando el cambio en el sector energético, sino que está reaccionando a los desafíos. A pesar de ser la segunda economía más grande de América Latina, México aún no ha aprovechado todo su potencial energético. La modernización de la infraestructura, desde líneas de transmisión y distribución hasta la capacidad de almacenamiento, es urgente. El éxito futuro del sector energético depende de una inversión estratégica que permita no solo generar energía de manera sostenible, sino también distribuirla de manera eficiente en todo el país.
Colaboración público-privada: Clave para el futuro energético
Para Rojo, la certidumbre regulatoria y la colaboración entre el sector público y privado son esenciales para atraer inversión y garantizar la competitividad del sector energético mexicano. Las empresas estatales, como la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex), deben ser competitivas y atraer inversión para que el país pueda alcanzar su soberanía energética.
El entorno actual de incertidumbre, impulsado por cambios regulatorios y la reversión de algunas reformas energéticas, ha generado inquietud en los mercados. Sin embargo, Rojo enfatiza que la colaboración público-privada será clave para superar estos desafíos. El sector privado tiene un papel crucial en la adopción de nuevas tecnologías y mejores prácticas internacionales, lo que permitirá a México alcanzar sus objetivos energéticos.
Reflexión final para los líderes empresariales
Enrique Rojo finaliza con un mensaje claro para los líderes empresariales: aunque el entorno actual es incierto, también está lleno de oportunidades. Las empresas que sean ágiles, transparentes y eficientes estarán mejor posicionadas para desempeñar un papel crucial en el desarrollo energético de México. La colaboración entre el sector público y privado, junto con la inversión en tecnología e infraestructura, será clave para enfrentar los desafíos futuros y garantizar un crecimiento sostenible en el ámbito energético.
Para los líderes de empresas, este es un llamado a actuar con visión y compromiso, ya que el sector energético será un motor fundamental para el desarrollo económico del país. La inversión en eficiencia energética, tecnología y colaboración intersectorial no solo garantizará el éxito de sus organizaciones, sino también el bienestar de México en las próximas décadas.