La convivencia de hasta seis generaciones en el entorno laboral presenta un desafío en la gestión del talento, especialmente en empresas grandes como Alpura. Cada generación tiene motivaciones y visiones distintas, lo que requiere adaptaciones en la toma de decisiones. La pandemia aceleró la digitalización y el trabajo flexible, lo que obliga a las empresas a implementar soluciones tecnológicas adecuadas y beneficios flexibles que satisfagan las expectativas individuales de los empleados, promoviendo un ambiente inclusivo y productivo.
Hoy en día, en los entornos laborales, convivimos con cinco o seis generaciones distintas en un mismo espacio, lo cual representa un desafío significativo en la gestión del talento. Este fenómeno se acentúa en empresas grandes como Alpura, donde encontramos desde boomers hasta la generación Z, cada uno con motivadores, formas de pensar y propósitos diferentes. Lo interesante es que estas generaciones perciben el trabajo de manera muy distinta, lo que muchas veces no se refleja en las mesas de toma de decisiones, generalmente ocupadas por millennials, generación X y, en menor medida, boomers.
La pandemia aceleró aún más este cambio, impulsando el trabajo flexible. Si bien algunas empresas ya estaban preparadas para esta transición, el COVID fue el catalizador que forzó la adaptación rápida de muchas otras. Las generaciones que crecieron con la tecnología, como los millennials y la generación Z, ya venían exigiendo flexibilidad y una forma más moderna de trabajar. Pero la situación nos obligó a todos, independientemente de la edad o experiencia, a adaptarnos a este nuevo paradigma laboral.
La digitalización y automatización de procesos son imperativas en este contexto. Sin embargo, como bien señaló Carla Soto, directora de People & Culture en Boletia, no se trata solo de implementar cualquier solución tecnológica. Es fundamental entender las necesidades específicas de la empresa, su industria y los desafíos que enfrenta. No todas las herramientas o plataformas disponibles son adecuadas para todas las organizaciones, y su correcta implementación requiere una comprensión profunda del entorno en el que se juega. Adaptar la tecnología a la cultura y el contexto de cada empresa es clave para no fallar en los intentos de digitalización.

Otro punto crucial es la retención de talento, especialmente en un contexto donde las expectativas laborales han cambiado radicalmente. Mientras que generaciones anteriores buscaban estabilidad y largas carreras en una sola empresa, hoy en día los empleados, particularmente los más jóvenes, priorizan las experiencias y el crecimiento personal. Las empresas deben entender que la retención no se trata únicamente de beneficios tradicionales, sino de ofrecer flexibilidad, oportunidades de desarrollo y experiencias que se alineen con las expectativas individuales de cada empleado.
Implementar beneficios flexibles que se adapten a las diferentes etapas de la vida de los empleados, desde aquellos que tienen hijos hasta los que prefieren priorizar el bienestar de sus mascotas, es una forma eficaz de mostrar que la empresa se preocupa por el bienestar personal de cada individuo. De esta manera, se logra no solo mantener a los empleados comprometidos, sino también hacerlos sentir valorados y reconocidos en su singularidad.
La gestión de múltiples generaciones, cada una con sus expectativas y motivaciones únicas, puede parecer un reto. Sin embargo, con un enfoque centrado en la comprensión de las necesidades individuales y la adaptación tecnológica adecuada, las empresas pueden crear entornos laborales inclusivos y productivos para todos.