El sector energético en México enfrenta un entorno de grandes desafíos y oportunidades. Las complejidades de la regulación, las limitaciones en infraestructura, y la incertidumbre para los inversionistas están configurando el panorama energético actual. En una entrevista con Susana Cazorla, CEO de Sicenrgy, se abordan estos temas, ofreciendo una visión profunda sobre el presente y futuro del sector en México.
Contexto Económico y Regulador
México parece experimentar una regresión hacia modelos económicos de décadas anteriores, donde el aumento del riesgo país y la volatilidad en las relaciones comerciales con Estados Unidos y Canadá han elevado significativamente las tasas de interés para la inversión. Este incremento impacta en la accesibilidad al financiamiento para proyectos energéticos y, eventualmente, en los costos para los consumidores finales. Además, la demanda de garantías y seguros ha aumentado entre los inversionistas internacionales, quienes perciben una falta de seguridad en las políticas energéticas del país.
Las restricciones regulatorias han sido otro factor determinante. Recientemente, los permisos de importación de energía se han reducido a plazos de un año, limitando la capacidad de las empresas para asegurar contratos a largo plazo y afectando su competitividad. La transparencia en los procesos de adjudicación ha sido puesta en duda debido a la eliminación de concursos públicos, y la desaparición de organismos autónomos, como el INAI, plantea retos para la vigilancia de precios y contratos de suministro.
El Reto del Nearshoring
México tiene una ventaja estratégica en su proximidad a Estados Unidos, lo cual representa una oportunidad inigualable para el nearshoring, al permitir que empresas globales se establezcan cerca de sus principales mercados. Sin embargo, la falta de infraestructura adecuada y la burocracia impiden que esta oportunidad se materialice plenamente.
Los desarrolladores de parques industriales han reportado la necesidad de subestaciones conectadas a redes eléctricas robustas para dar soporte a sus operaciones, una necesidad que en muchos casos no se ha cumplido. Ante la falta de infraestructura, algunos recurren a soluciones temporales como plantas móviles de generación a base de diésel, que si bien permiten operaciones inmediatas, representan altos costos y no constituyen una opción sostenible a largo plazo.
Dependencia Energética y Falta de Almacenamiento
La dependencia de México en energía importada es un factor de vulnerabilidad estratégica. Actualmente, el país importa aproximadamente el 90% de su gas natural y el 70% de las gasolinas y diésel de Estados Unidos. Esta dependencia deja a México expuesto a las fluctuaciones del mercado y a posibles crisis de suministro. Además, la infraestructura de almacenamiento es insuficiente para asegurar el suministro en caso de interrupciones.
El almacenamiento energético puede considerarse como un “seguro” contra la volatilidad en el suministro; sin embargo, la ausencia de incentivos y políticas claras ha frenado las inversiones en este rubro. Aunque existen empresas interesadas en desarrollar infraestructura de almacenamiento, la falta de un marco regulatorio atractivo ha sido un obstáculo.

Crecimiento de la Demanda y Transición Energética
Entre 2019 y 2024, se autorizaron permisos por una capacidad instalada total de 11,620.1 MW, tan solo una tercera parte de lo que se autorizó instalar entre 2013 y 2018. A este rezago en capacidad instalada de generación se suma la capacidad necesaria para atender la geolocalización (nearshoring) que se estima en unos 25,000 MW adicionales. Por el lado de las redes que conectan la energía generada con los centros de consumo, también se tiene un rezago importante: conforme al PRODESEN 2024-2038, Sener instruyó a CFE a ejecutar 208 proyectos de ampliación y modernización de la Red Nacional de Transmisión y 168 proyectos de ampliación de las Redes Generales de Distribución entre 2015 y 2023 y sólo han entrado en operación 14 proyectos de transmisión y 33 de distribución; es decir, 6.7% y 19.6%, respectivamente. Lo anterior, limita la posibilidad de integrar fuentes renovables, afecta la capacidad de
interconexión, aumenta la presión sobre los recursos existentes y compromete la transición hacia un sistema energético más limpio y sustentable.
Rol de Sicenrgy en el Escenario Energético
Sicenrgy emerge como un socio clave para las empresas que buscan invertir en el sector energético mexicano. La consultoría ofrece asesoría regulatoria, financiera y económica basada en análisis comparativos internacionales y estudios de mercado específicos. Este enfoque permite a las empresas entender el panorama global y adoptar las mejores prácticas internacionales, considerando los riesgos y oportunidades particulares de México.
Susana Cazorla señala que Sicenrgy permite a sus clientes anticipar los desafíos del sector y tomar decisiones informadas en un entorno de constante cambio. Desde evaluaciones de riesgos hasta estudios de viabilidad, Sicenrgy apoya la planificación de inversiones que respondan a la realidad del mercado mexicano.
Impacto en el Consumidor Final y Participación Responsable
La falta de infraestructura adecuada y las políticas energéticas inestables también tienen un efecto directo en los consumidores. Los altos costos de energía derivados de una infraestructura insuficiente y el aumento en tasas de interés eventualmente se trasladarán a los usuarios finales. En este sentido, Susana Cazorla enfatiza la importancia de un consumo responsable, instando a los consumidores a adoptar prácticas más sostenibles que contribuyan a aliviar la presión sobre el sistema energético.
El papel activo del consumidor puede marcar una diferencia significativa en la transición energética del país. Adoptar medidas de eficiencia energética y considerar fuentes renovables no solo es una responsabilidad ambiental, sino una medida que permite al consumidor mitigar los costos derivados de las problemáticas actuales.
Reflexión Final
México se encuentra en un momento crítico para el desarrollo de su sector energético, y la colaboración entre el sector público, privado y los consumidores es crucial para superar los desafíos actuales. Aunque el nearshoring representa una gran oportunidad para la economía mexicana, esta solo podrá aprovecharse plenamente si se cuenta con una infraestructura sólida y políticas claras que favorezcan la inversión.
La transición energética y el fortalecimiento de la infraestructura deben ser prioridades para México, ya que solo así podrá asegurarse un suministro estable, sostenible y accesible. Consultorías como Sicenrgy, con su enfoque en análisis y estrategia, son cada vez más relevantes en este contexto, proporcionando a las empresas las herramientas necesarias para navegar en un entorno desafiante y lleno de potencial.