ACTUALIDAD DEL SECTOR MINERO, UN MUNDO POR EXPLORAR

Alfredo Phillips, Asesor de Argonaut Gold y Vicepresidente del Mining Task Force de Cancham México.

Phillips compartió su visión sobre la actualidad de la minería en el país. Para comenzar, el entrevistado contó que llegó al sector luego de ser Director Corporativo de Asuntos Gubernamentales, Comunicación, Sustentabilidad, Negocios y Estrategias en la compañía Siemens, donde se ocupaba de hacer coaching a la línea de negocios.

En esa oportunidad, operó con la línea de negocio del sector minero de la firma como parte del equipo que desarrolló la central eléctrica de ciclo combinado para Grupo México en 2013, una planta muy importante de generación de energía eléctrica en el estado de Sonora.

Sobre la actualidad del sector, Phillips comentó que “el tema minero mexicano, en planos generales, es una cuestión de narrativas, con poca información, un sector poco conocido, con un perfil muy bajo y con una narrativa de opositores que realmente no estaban comunicando información verídica”.

“El primer reto es darse a conocer como un sector fundamental para la economía mexicana y del mundo, ya que es muy importante para la transición energética. Cuando se habla de energías verdes, renovables, vehículos eléctricos, se está hablando del sector minero”, sostuvo. Según palabras del experto, un vehículo eléctrico comparado con uno normal tiene 30 kilos adicionales de cobre, “por lo que el consumo de cobre, níquel, plata, oro, zinc, litio, convierte al sector en fundamental, requiriendo participar de manera activa y expandirse”. En ese sentido, afirmó que se debería tener 10 veces más de la producción que se tiene hoy para poder satisfacer toda la demanda tan solo de vehículos eléctricos a nivel mundial.

EVOLUCIÓN Específicamente hablando sobre la imagen que se tiene del sector, Phillips entendió que el reto es que se le reconozca como tal, “porque las imágenes que se tienen son las del minero de carbón, que esa no es la industria minera moderna. Las minas nuevas en todo el mundo son tecnológicamente de punta y no son conocidas como tal”.

IMPACTO EN COMUNIDADES VULNERABLES

El sector minero produce más de 400 mil empleos directos al año, a través de los cuales se generan 5 a 6 empleos por cada uno, lo que significa más de 2 millones de empleos en general. Este sector representa el 8% del PIB industrial, por lo que económicamente es muy relevante por su peso específico en términos de buenos empleos, formales y con seguridad social. Por otra parte, “típicamente son zonas muy remotas, porque los minerales se encuentran en zonas montañosas lejanas a zonas urbanas, y es ahí donde el impacto en las comunidades es importante y el sector ofrece una oportunidad de cambio económico de vida”, sostuvo el entrevistado. Destacando las características de las regiones mineras, Phillips explicó que la tierra es por lo general poco fértil, zonas agrícolas poco importantes, con vegetación escasa, por lo que el trabajo minero se convierte en la oportunidad económica real de las poblaciones que no tienen otra alternativa, “y en muchas ocasiones el sector se convierte en el proveedor de muchos servicios que el estado debe proveer, pero por la lejanía no lo hacen”, comentó al tiempo que detalló “las empresas mineras se convierten en proveedor de servicios de salud, educación, ayudan a construir las escuelas, aportan materiales, etc.”.

Toda esta situación es demostrada por estudios que avalan que en las zonas donde hay minas tienen mejores servicios que otras zonas remotas. En lo que respecta a temas relacionados con ASG, Phillips entendió además que si las empresas energéticas, mineras y otro tipo de industria extractivas quieren tener acceso a recursos deben cumplir con los criterios que imponen las empresas financieras. El sector minero tiene toda una cultura de ASG muy importante y hay una tendencia de una nueva cultura que se llama negocio consciente. En esta filosofía es que el propósito del negocio, más allá de generar utilidades para los accionistas, debe buscar el bienestar en un sentido más amplio y que no es solo al accionista capitalista, sino a los trabajadores que también son parte: las comunidades, las cadenas de valor y la sociedad en general. Se debe lograr, entonces, tener un enfoque de colaboración, donde se deja de ser asistencialista para pasar a un esquema de co-construcción donde junto con las comunidades se busca que se empoderen. “Es un cambio de visión radical, de largo plazo mirando qué va a suceder con estas comunidades cuando ya no esté la mina”, explicó el especialista, al tiempo que indicó que “las minas en general tienen de 20 a 30 años para ser explotadas y por tal motivo se tiene que considerar qué sucede con la comunidad, en qué se invirtió para la comunidad cuando el proyecto minero ya no esté”. Por ese motivo es que el desarrollo económico debe ayudar a darle independencia a la comunidad, que no dependa de la mina”. En ese aspecto, agregó que hay acuerdos con universidades de las regiones donde se encuentran los desarrollos para empoderar a las comunidades. Específicamente hablando de un proyecto junto a la Universidad de Sonora, Phillips comentó que ya cuentan con los primeros contratados dentro de la empresa, aunque todavía no es una mina, sino que es solo un proyecto. “Son procesos donde la industria minera acaba siendo partícipe de una evolución y los beneficios empoderan a las comunidades”, apuntó con entusiasmo.

ESTRATEGIAS PARA GARANTIZAR EL USO EFICIENTE DEL AGUA EN ZONAS MINERAS Según aseguró el experto, el sector minero cuida el agua, recicla y recircula la mayor parte del agua que se consume. En un proyecto normal, más del 90% se recircula y las únicas pérdidas son por evaporación porque se está en zonas muy calientes. Incluso hay proyectos mineros que usan la cosecha de agua, utilizando un diseño del proyecto con piletas de retención en zonas muy áridas en las cuales, si no se retiene, ésta se escurre y se pierde. “En México la mayoría de pérdidas de aguas son a nivel municipal por falta de plantas operativas de tratamiento de aguas”, dijo Phillips. Y hay que destacar que este elemento vital, para el sector minero es factor crítico porque es parte esencial del proyecto y porque las zonas donde se encuentran las minas, hay muy poca agua, por lo que conservar, recircular y el reciclaje es muy importante. Ahondando en detalles sobre la materia, Phillips explicó que “los patios de lixiviación son grandes lugares donde se deposita el mineral con geomembranas abajo que captan los líquidos y los llevan a unas piletas; el agua se pasa a unos filtros donde se captan la plata y el oro, y el líquido que queda se utiliza para riegos con procesos hidropónicos porque al regar por goteo se minimiza la posibilidad de evaporación. El 75% del agua se va al sector agrícola, el 15% se va a la parte municipal y un 8% que se usa está destinado a la industria, donde el sector minero ocupa el puesto 35.

RECURSO FINITO En lo que se refiere a los cierres del ciclo productivo, es importante entender que el recurso es finito. “Se identifica un depósito, se hace el diseño de la ingeniería para el minado y vas minándolo”, dijo el especialista. Teniendo en cuenta cuántos gramos de mineral hay por tonelada de material que se extrae se considera que cuando ya no costea se dan los cierres de los procesos. “Cuando toca cerrarlo lo más importante a tener en cuenta son los estándares de cierre, recuperando lo que se puede y monitoreando durante varios años para garantizar que ya no hay residuos de químicos”, puntualizó. Todo lo descrito anteriormente concierne a la cuestión ecológica y técnica. En cuanto a la parte social, “cuando se hace entrega del proyecto debe estar contemplado el desarrollo de nuevas actividades en esas tierras”.

ECOTURISMO A modo de ejemplo, mencionó que, en el caso de La Colorada, que aún no está en cierre, pero tiene excavaciones en desuso se decidió hacer un proyecto de ecoturismo dentro de la mina, donde hay un observatorio que permite ver el tajo, con un museo y gran oferta gastronómica para los visitantes.

CONCLUSIONES Los criterios de ASG son muy importantes, “pero el cambio fundamental es el cultural dentro de las empresas con esta visión del negocio consciente. Eso facilita que las relaciones de empresas con comunidades, trabajadores, proveedores sea muy rica y productiva. Es un tema de liderazgo, entrenamiento y cultura de todos los trabajadores y que permea a co-construcción, con visión no asistencialista, sino de hacer las cosas junto con las comunidades. Lo fundamental es reconocer estas culturas de los valores, de la visión de negocio consciente donde el propósito de la empresa no debe ser generar utilidades solo para sus accionistas sino generar bienestar para todos: trabajadores, comunidades, municipios”.

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